En la era de la información las democracias experimentan una suerte de crisis de legitimidad, reflejando una brecha entre las expectativas generadas y los resultados percibidos. Pippa Norris, académica de Harvard, advierte un creciente déficit de las democracias a partir de tres variables: demanda (crecientes expectativas sobre la democracia), información (noticias negativas sobre el gobierno) y apoyo (evaluación y desempeño del régimen político).
Diversos ejercicios demoscópicos evalúan el estado de opinión en América Latina
; entre ellos destaca la serie del Barómetro de las Américas (
www.vanderbilt.edu/lapop-espanol) y
www.latinobarometro.org que cumple veinte años de dar seguimiento a la política y economía de sociedades latinoamericanas de 18 países.
Asimismo,
la serie de encuestas telefónicas nacionales 2007-2015 de
www.parametro.com.mx, refleja una creciente desafección de los mexicanos hacia la política e insatisfacción con la situación general, la seguridad y la economía del país.
La gestión de las democracias en la era de la información se desarrolla en un ambiente crecientemente complejo. Los ciudadanos tienen cada vez más canales para informarse de la agenda pública y del comportamiento de los políticos, y más conectividad para interactuar y generar opinión pública.
Por otro lado, las expectativas sobre la democracia son altas; cuando la economía no da resultados, la política es señalada como la responsable.
La alternancia política del año 2000 generó grandes expectativas sobre la democracia mexicana. De manera similar, al inicio del presente sexenio se generaron expectativas importantes sobre el llamado Mexican Moment y las reformas del Estado incluidas en el pacto por México. Sin embargo, la brecha entre expectativas y resultados del actual gobierno, acompañados de un irregular desempeño económico, así como noticias negativas sobre el actuar de políticos y gobierno (Ayotzinapa, la Casa Blanca ) y la viralización de éstas en redes sociales revelan un escenario de déficit democrático.
Latinobarómetro encontró que sólo dos de cada 10 mexicanos (19%) están satisfechos con la democracia, lo que coloca al país en la última posición entre los 18 países rankeados por la ONG. Desde 2011, este indicador ha mantenido una tendencia a la baja, perdiendo 1 punto porcentual anual.
La satisfacción con la democracia se encuentra estrechamente ligada a la satisfacción con la economía, que coloca a México en penúltimo lugar con 13 puntos, igual que Paraguay y por encima de Brasil, que alcanza sólo 11 puntos porcentuales.
La recuperación del bienestar económico, y la aparición de resultados institucionales contundentes serán fundamentales para revertir el desgaste y recuperar credibilidad en la democracia.
Resultados de la 27a Encuesta Telefónica Nacional muestran al 85.7% de los encuestados insatisfechos con la situación general del país, punto histórico más alto de insatisfacción en un periodo de 8 años evaluados.
Asimismo, los pesimistas o aquellos que creen que se encuentran en peor situación en relación al año pasado también llegaron a su punto histórico más alto de la serie de 27 encuestas que datan de octubre de 2007, registrando 60.2% en agosto 2014, 65.1% en abril, y 71.5% en julio de 2015.
Las noticias negativas sobre el desempeño gubernamental desgastan la imagen y el desempeño de gobiernos y políticos. Las notas que revelan poca transparencia, ineficacia y eventualmente corrupción dañan severamente la confianza y credibilidad en éstos. La fuga del Chapo del penal del Altiplano generó impactos altamente negativos sobre el funcionamiento del Estado mexicano y el desempeño gubernamental.
La noticia de la fuga del Chapo tuvo una alta visibilidad, pues 98% de los encuestados manifestaron haberse enterado del suceso. Nueve de cada 10 no creen la versión oficial de que se escapó por un túnel y 8 de cada 10 no creen que el gobierno pueda recapturarlo.
A este escenario, se suma la aprobación presidencial que registró mínimos históricos de 22.7%, y de 15.7% si lo fraseamos como nivel de acuerdo sobre el desempeño presidencial. El puntaje obtenido en el Latinobarómetro coloca a México en la decimocuarta posición en niveles de aprobación presidencial con 35% (el informe se basa en datos de 2014), esto es,12 puntos porcentuales por debajo de la media de la región.
Hace casi tres años, se generaron expectativas importantes en la opinión pública sobre las reformas, el pacto por México, y el llamado Mexican moment. El mensaje fue pasar del estancamiento para mover a México a partir de las reformas.
Para la segunda parte del sexenio el mensaje de “con más ganas y más fuerza” parece pertinente. Habrá que ver el desempeño de la economía y los resultados institucionales necesarios para establecer el punto de quiebre en la recuperación de la confianza y credibilidad.
La opinión pública espera un gobierno decidido a trabajar por la transparencia, rendición de cuentas y el bienestar de los mexicanos. La emergente vulnerabilidad de los políticos en la era de la información y las redes sociales obliga a reflexionar una vez más sobre la importancia de la responsabilidad y la ética pública de los gobernantes.
@valdescervantes
Más sobre decicit democrático:
https://www.youtube.com/watch?v=eNhbn3SuCvc