Cassez:
"Inocente o culpable"
Mtro. Paul
Valdés Cervantes
Uno de las
noticias con mayor exposición en las últimas semanas fue la sentencia de la Suprema
Corte de Justicia sobre el caso Florence Cassez. De acuerdo a la 18va encuesta
telefónica nacional (www.parametro.com.mx), 9 de cada 10 mexicanos con teléfono en su hogar (88.6%) se enteraron de
la decisión de la Corte, y la liberación de Cassez.
En su momento,
el Presidente francés, Nicolás Sarkozy solicitó su liberación y extradición,
que fue negada por el gobierno mexicano, lo que llevó a una tensa relación
entre ambos gobiernos, y a la cancelación del año de México en Francia en 2011,
pero principalmente reviste implicaciones significativas para el sistema de
justicia en México.
Para unos, continúa
siendo la secuestradora francesa que por las fallas del sistema de justicia mexicano
fue liberada. Los testimonios de las víctimas piden justicia; y por ahora no la
hay, estamos imposibilitados en saber la verdad. Para otros, fue inculpada de
manera indebida, incluso puede ser culpable, pero como no se respeto el debido
proceso, fue liberada.
Se señala que el
supuesto día de su detención hubo un montaje como si se tratara de una obra. Este
vicio de origen fue visto por millones de mexicanos aquella mañana del 2005 en
la que Carlos Loret de Mola se frotaba las manos al ser parte de la gran
noticia.
El tema es que
de acuerdo a la medición referida, 8 de cada 10 (79.3%) están en desacuerdo con
la decisión de la Corte. Sin duda es uno de esos casos que no le gustan a la
opinión pública, y sin embargo la validez de esta no se cuestiona porque no se
trata de darle gusto a la opinión pública, sino de respetar el debido proceso. Como
señala Luis de la Calle, no hay imperio de la ley posible sino se respeta el
proceso para aplicarla y el apego a los derechos se vuelve caprichoso. El
proceso fue calificado como viciado de origen, y dio por resultado la
liberación de la inculpada.
Como
señala el boletín de CIDAC (www.cidac.org.mx) tras el
fallo, lo consecuente sería que se iniciara una investigación para determinar a
todos los responsables de las violaciones procesales. Al final, sus graves
errores impidieron conocer la verdad del asunto. Resulta un tanto irónico que
el inicio de la investigación dependa de la nueva Procuraduría, pero en caso de
decidir hacerlo, ello implicaría un duro golpe al sexenio calderonista.
Casos como
la liberación de Florence Cassez no abonan a fortalecer la confianza ciudadana
en el sistema de justicia mexicano, pues evidencian el lado más burdo de los
abusos policiacos en México. No hay estado de derecho si no se respeta el marco
de la ley para detener y aprehender a un supuesto delincuente. Lo malo es que
nos quedamos bajo la misma disyuntiva de siempre: elegir entre un presunto culpable
en la cárcel, o un culpable libre como sugieren los datos en el caso de Cassez
que paradójicamente fue recibida en Francia como una heroína.
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