Democracia y
clase media
Mtro. Paul
Valdés
“Una
clase media amplia y consolidada es una de las soluciones viables para
disminuir el conflicto permanente entre ricos y pobres. (Aristóteles)”
Una de las
lecturas de la opinión pública nacional en los últimos 5 años, es una suerte de
pesimismo sobre la situación del país. Así lo revela la serie de 16 encuestas
telefónicas nacionales 2007-2012 de www.parámetro.com.mx, donde en promedio 7
de cada 10 mexicanos manifestaron consistentemente estar poco o nada
satisfechos con la situación que vive la nación.
Es posible que
los saldos de la lucha contra el narcotráfico, y la crisis económica de 2008 tengan
relación directa con la percepción sobre el sexenio que está por concluir. En
todo caso, el encuadre del país parece ser el de la inseguridad, incertidumbre,
de la incapacidad para alcanzar el potencial país que podemos ser, y en general
de un pesimismo acerca del futuro.
Esta nube negra
reproducida en medios ha dominado el ambiente de opinión en los últimos años, sin
embargo existen datos sobre un futuro promisorio para México. Unos de estas
visiones fueron publicadas por CIDAC en “clasemediero, pobre no más,
desarrollado aún no” de Luis Rubio, y Luis de la Calle, en el que se advierte
de la existencia de un segmento dominante, de una clase media ciertamente muy
elástica porque caben perfiles aparentemente diferentes, pero que tienen como
denominador común la propiedad de una vivienda, automóvil, bienes de consumo
duraderos (lavadora, refrigerador), internet o computadora en casa. En todos
ellos se registran incrementos en los últimos 15 años así como de un clima de
estabilidad financiera y política, condiciones para el desarrollo de una clase
media. La variable ausente ha sido el crecimiento sostenido, reto de los
próximos gobiernos.
Considerando la
clasificación de los niveles socioeconómicos (NSE) 2008 de la AMAI que tipifica a los hogares por su nivel de
ingreso, educación del jefe de hogar y características de la vivienda; más de
la mitad de la población urbana del país es considerada como clase media (35.8%
D+, 17.9% C).
De acuerdo a
AMAI, la cúspide de esta pirámide es el segmento A/B (7.2%) quienes representan
a la población que obtiene los ingresos más altos, seguido por el C+ (14%). En
la base de la pirámide se encuentra el segmento D/E quienes representan al 25%
de la población. Cabe señalar que los NSE son una clasificación urbana, y por
lo tanto discrimina a la población que vive en el sector rural que dicho sea de
paso es donde se registran los índices más altos de pobreza.
La clase media es
por definición aspiracional, busca y promueve cambios, cuando logra su
bienestar puede apegarse al status quo y al conservadurismo, sin embargo es la
bisagra entre la elite y los que menos tienen, funcionando como correa de
transmisión de los valores de libertad, justicia, equidad en la consolidación
de la democracia. La necesidad de contar con una clase media amplia y
consolidada es útil para la economía y la política del país, y la forma más
segura de mediar el conflicto permanente entre ricos y pobres.
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