Una de los acontecimientos que llaman la atención de la elección presidencial norteamericana es la capacidad del Presidente Obama de superar la percepción negativa sobre el desempeño económico en su mandato.
En consecuencia, la estrategia republicana fue incapaz de conectar con el segmento de indecisos, y sufrió su segundo revés de manera consecutiva, lo que llevará al propio partido, y a grupos de extrema derecha como el Tea Party a reflexionar sobre la estrategia fallida.
Durante la campaña, las encuestas registraron una opinión pública polarizada entre el apoyo y el cuestionamiento al mandato de Obama, lo que auguraba un escenario incluso negativo en voto popular, y mucho más reñido en el sistema de elección por votos electorales (538 votos).
De acuerdo a los resultados de las encuestas de salida, Obama alcanzó 52% del voto popular, y el candidato repúblicano Romney 48%; y aún faltando estados por computar el Presidente aseguraba su reelección con 303 votos electorales, por 206 de Romney.
Por simple comparación, una de las diferencia sustanciales entre los ejercicios de encuestas de salida realizados en la elección presidencial mexicana del pasado 1 de julio, y la norteamericana del 6 de noviembre es que en el vecino país, la mayor parte de los medios “cantan” los resultados de la misma fuente.
CBS News, CNN, ABC, Associated Press, NBC, Fox contratan a una sola fuente bajo el proyecto de la Encuesta Nacional Electoral (Edison Research) con el propósito de proveer información acerca de los resultados de la elección, análisis y proyecciones.
Algunos de los resultados preliminares de las encuestas de salida nacionales (http://www.washingtonpost.com/blogs) revelan que para el 60% de los votantes norteamericanos, la economía es el principal problema a resolver.
Algunas de las diferencias surgen en la percepción sobre la importancia de programas de protección a la salud (Obama care), pues para el 74% de los demócratas es importante, en tanto que solo para el 25% de los repúblicanos lo es.
En contraste, el 66% de los republicanos consideran un tema relevante al déficit presupuestario, en tanto que solo el 32% de los demócratas lo consideran así.
De igual forma, quienes votaron por Romney están más a favor de aumentar los impuestos en general, y quienes apoyaron a Obama están más a favor de aumentar impuestos a quienes más tienen.
Obama reedito el triunfó del 2008, a partir del segundo debate presidencial, la alta visibilidad durante el huracán Sandy, y principalmente por una estrategia aritmética sobre la economía.
La coalición ganadora se compone de las minorías de latinos, afroamericanos, mujeres, jóvenes; y estados clave como Florida y Ohio que parecían indecisos, y finalmente se decantaron a favor del Presidente.
Si bien la preocupación por la economía podía presionar a la baja el apoyo hacia Obama, la identificación partidista se mantuvo prácticamente intacta entre los votantes de las elecciones de 2008 y 2012: demócratas 38%, republicanos 32%, independientes 29%.
Así como en la elección de 2008, los jóvenes, católicos, y las minorías de latinos y afroamericanos formaron parte de la coalición ganadora a favor de Obama.
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