Mtro. Paul Valdés
Cuando veo las
manifestaciones del movimiento #yosoy132 no puedo dejar de relacionarla con otros
movimientos sociales surgidos en el último año alrededor del mundo, pero
también tiene algo particular que es nacer en la segunda mitad de una elección presidencial.
Los parados de
plaza del sol en Madrid, los disturbios en Londres, el movimiento de protesta
“Occupy Wall Street” en Nueva York entre otros son manifestaciones de una
generación que está cuestionando el estado de cosas existente, insatisfecho, y
en desacuerdo con el estatus quo.
Fundamentalmente
se trata de una generación joven, muchos con educación universitaria que está
perdiendo la confianza en la educación como un vehículo de movilidad social. En
el fondo, los indignados de plaza del sol, de occupy Wall Street, las víctimas
de la violencia en América Latina o del movimiento #yosoy132 no están de
acuerdo con los resultados concretos que el sistema político está arrojando en
términos de libertad, justicia y equidad.
Al igual que en
la primavera árabe, los movimientos referidos han estado acompañados de las
redes sociales. Las convocatorias a las marchas y movilizaciones se están
haciendo por una generación
que se comunica por teléfonos móviles, ipods, facebook y twitter. La democracia
esta siendo alimentada por un sistema de información que ha rebasado a los
medios de comunicación tradicionales. Los ciudadanos con mayor información
están saliendo a movilizarse políticamente.
Esta campaña será
recordada por el antes y el después del #yosoy132, que vino a ponerle pimienta
a una elección que hasta ese momento no había despertado mayores emociones. Inició
con la visita del puntero de la elección a la Ibero, para darle pasó a la
aparición de #yosoy132 como respuesta a las declaraciones del dirigente
nacional del PRI quién se había referido al grupo como intolerantes.
Si hasta ahora, el eje de la campaña ha estado anclado en la
identificación ciudadana con los partidos políticos; la aparición de las
movilizaciones juveniles puede traer consigo un cambio del eje de la campaña para
el último tercio de la contienda.
Una de las batallas claves por la opinión pública en esta elección
tiene que ver con el significado del triunfo del PRI. De acuerdo a la serie de
encuestas telefónicas 2007-2012 (www.parametro.com.mx), en
promedio, 6 de cada 10 mexicanos con teléfono creen que un eventual triunfo del
PRI traería mejoras en seguridad pública y economía; y el restante 40% cree que
el triunfo de este partido en 2012 significa una regresión al autoritarismo y
corrupción. Veremos que pasa con esta variable en las últimas semanas de la
elección.
#yosoy132 se auto declara apartidista, y su agenda está a favor de
la democratización de los medios, de la difusión del debate en cadena nacional,
pero no se puede negar que esta marcado por una especie de referéndum
ideológico contra el PRI. Si esta corriente logra conectar con el 25% de
ciudadanos que todavía no saben por quien votar, puede contribuir a un
escenario más competitivo hacia el final de la campaña.
Todo movimiento tiene un ciclo de opinión y decadencia, ¿cuál será
el climax de #yosoy132?. Las semanas que vienen serán fundamentales para
conocer como evoluciona e influye el 1 de julio. De ello depende como lo
gestionen partidos y candidatos.
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