lunes, septiembre 26, 2011

Opinión Pública y PRI rumbo al 2012:
Mtro. Paul Valdés Cervantes

El voto del cambio del año 2000 produjo hasta ese momento una inédita derrota al partido hegemónico y luego dominante de la política en el siglo XX. A partir de ese momento, diversas voces se preguntaban cuando regresaría el PRI a la Presidencia de México. La experiencia de otras transiciones presagiaban que no sería inmediatamente, pero nada puede detener el gen consustancial a un partido político de regresar al poder.

En la pasada elección presidencial de 2006, el PRI obtuvo el  tercer lugar de la contienda con el 19% de los votos, históricamente el porcentaje más bajo para este partido. Sin embargo hoy, a menos de un año de celebrarse la contienda presidencial el ambiente de opinión les resulta favorable. La ansiedad de que llegue la competencia produce que más de uno se frote las manos esperando el momento de regresar a los Pinos, y con  razón porque si hoy fuera la elección el PRI ganaría, y lo haría de forma clara y contundente.

Algunos de los indicadores de opinión pública de la serie de encuestas telefónicas nacionales 2007-2010 de Parámetro Investigación (www.parametro.com.mx) nos dibujan una tendencia positiva para el PRI en el nivel de identificación partidista, y la preferencia electoral por partido y candidato.

El partidismo no siempre se traslada como preferencia electoral pero es una variable antecedente de este. De acuerdo a última medición de agosto, el nivel de identificación partidista hacia el PRI alcanzaría 29.2%, para el PAN 21.1%, y el PRD 7.1%.

En las preferencias de partido con candidato: Enrique Peña por el PRI alcanzaría 53.9%, seguido lejanamente por López Obrador por PT- Convergencia con 15.5%, Santiago Creel por el PAN con 9.9%, y Marcelo Ebrard por el PRD con 8%. Bajo este escenario, una izquierda dividida fragmentaria el voto, y en consecuencia restaría competitividad a la elección presidencial.

Una de las principales batallas por la opinión pública en el último tercio de este sexenio se ha centrado en el significado de un eventual triunfo del PRI en 2012. Al respecto realizamos una pregunta con los siguientes resultados: 62.7% creen que un eventual triunfo del PRI en 2012 traería un mejoramiento en economía y seguridad; y por otro lado 37.3% cree que esto significaría un regreso a más corrupción y autoritarismo.

El voto priísta de hace 10 años conformado por niveles bajos de escolaridad, ingresos y mayor edad está cambiando. En el seno del congreso 2011 de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales se presentaron los resultados comparativos de una encuesta representativa de la comunidad de la UAM Xochimilco en 2005 y 2010, en la que se destacó el cambio de preferencias de la comunidad estudiantil del perredismo al priísmo.
Si el viento tuviera colores, en este momento pintaría tricolor, no obstante la derrota de López Obrador en 2006, quien meses antes de la contienda llegó a tener más de 20 puntos de ventaja nos recuerda la naturaleza de la opinión pública: dinámica, volátil y a veces veleidosa. 

PRD rumbo al 2012
Mtro. Paul Valdés Cervantes

En días pasados el PRD nacional decidió  apoyarse en el método de encuestas a población abierta para elegir a su candidato a presidente de la república en 2012, lo que implica diversas implicaciones en busca de la unidad partidista, condición indispensable para mostrarse competitivos.

Las encuestas estimarán el comportamiento social con un método objetivo, transparente y científico cuyos resultados serán representativos de la población votante del país. El dilema perredista para elegir a su candidato parece aclararse con la decisión de acatar los resultados de una encuesta, pero no esta exento de complicaciones.

Marcelo Ebrard, jefe de gobierno del DF, confiado en sus fortalezas en opinión pública se muestra completamente a favor del método, en tanto que Andrés Manuel López Obrador ha manifestado opiniones encontradas en diferentes momentos desde autoproclamarse como el candidato de la izquierda hasta aceptar que acatará los resultados.

Datos de la serie de encuestas telefónicas nacionales 2007-2011 (www.parametro.com.mx) sobre las preferencias en el PRD rumbo al 2012 nos hablan de las fortalezas y debilidades de ambos. Cabe señalar que las encuestas telefónicas representan tendencias de una población mayormente urbana y mediatizada.

En la 12va encuesta telefónica nacional de agosto de 2011, Marcelo Ebrard alcanzaría el 31.5% de las preferencias, López Obrador 24.9%, y el resto se distribuye en otros personajes que no alcanzan el 10% cada uno. Una opinión polarizada entre dos actores puede cerrar aún más la ventaja en los próximos meses lo que haría más interesante la decisión de quién puede ser el mejor candidato de la izquierda en 2012.

Cabe señalar que López Obrador le continua ganando a Ebrard en el segmento de perredistas, fortaleciendo su base dura, y amenazando con un fuerte impacto en la base partidista en una eventual división.

Asimismo preguntamos por el nivel de conocimiento e imagen positiva de diversos personajes. En este importante indicador, Ebrard registra una imagen positiva bastante competitivo en toda la serie, alcanzando su punto histórico más alto en la última medición de agosto de este año con 70.4 puntos.

Por su parte, AMLO ha registrado una tendencia progresiva en las percepciones positivas a partir de junio 2010, pasando de 24.8 puntos hasta alcanzar su nivel histórico más alto en tres mediciones posteriores con 46.8 puntos positivos (agosto 2011). Sin embargo, poco más de la mitad continúan siendo opiniones negativas lo que se convierte en un serio obstáculo para elevar su competitividad como candidato.

Las paradojas son interesantes porque si bien Ebrard es el ganador en encuestas a población abierta, actualmente resulta menos competitivo que AMLO contra los candidatos más fuertes de PAN y PRI, pero puede crecer en una contienda constitucional. En tanto que las percepciones negativas sobre López Obrador son un serio obstáculo para la competitividad perredista. De cualquier manera, la unidad es condición necesaria para elevar la competitividad en la elección presidencial del 2012, y en los bastiones de Michoacán y DF.

Finalmente, el riesgo del cuestionamiento de los resultados es latente, lo que llevaría a la fragmentación como el peor escenario posible para la izquierda en 2012.


PAN rumbo al 2012
Mtro. Paul Valdés Cervantes

En el presidencialismo priísta, durante el último tercio del sexenio, los actores políticos, y especialmente los miembros del partido en el gobierno estaban a la espera de las decisiones y guiños del Presidente para orientarse en torno de quien sería el sucesor. Las reglas de la sucesión presidencial escritas y no escritas eran, una parte fundamental para entender la política mexicana.

Felipe Calderón sin ser el preferido por el entonces Presidente Fox, ni el mejor posicionado en opinión pública ganó la elección interna panista a Santiago Creel que lo superaba en nivel de conocimiento e imagen en población abierta. Es posible que el método de selección interna sea similar al de 2006, lo que fortalecería los apoyos a favor del actual secretario de Hacienda Ernesto Cordero.

En el actual sexenio ¿Será Ernesto Cordero el ganador de la candidatura; o uno de los aspirantes que no forman parte del gabinete, que dicho sea de paso registran mejores niveles de imagen en opinión pública?

Datos de la serie de encuestas telefónicas nacionales 2007-2011 (www.parametro.com.mx) sobre las preferencias en el PAN rumbo al 2012 señalan que santiago Creel encabeza las preferencias con 23.9%, seguido cercanamente por Josefina Vázquez Mota con 21.2%, el todavía secretario de Hacienda 6.1%, y el ya ex-aspirante Alonso Lujambio quien con toda razón justificó su renuncia por su bajo nivel de competitividad en las encuestas con 4.3%.

La literatura sobre las variables que influyen en el comportamiento electoral destacan el nivel de identificación partidista, la percepción sobre el desempeño de las políticas públicas y el estado de la economía. Para estimar el nivel de competividad del PAN es pertinente evaluar sus fortalezas y debilidades en cada uno de estos frentes, y por supuesto los atributos personales de su candidato en campaña.

Por ejemplo, en la evaluación  de la identificación partidista, el partido blanquiazul registró una caída en septiembre de 2008, en la que alcanzó 20%, y el PRI 23%. A partir de esta fecha, el PRI ha encabezado el nivel de partidismo hasta alcanzar en la 12va encuesta telefónica nacional de la serie (agosto 2011) el 29.2%, y el PAN 21.1%.

En la evaluación de políticas publicas, el PAN se enfrenta a una situación sumamente compleja para comunicar, pues los dos principales problemas públicos nacionales como es la inseguridad y el desempleo registran evaluaciones negativas en opinión pública. En promedio, 7 de cada 10 entrevistados tienen percepciones negativas de ambos temas.

Por otro lado, las perspectivas de la economía para los próximos meses registran una tendencia a la baja lo que presiona la difícil coyuntura de fin de sexenio, la evaluación al partido en el gobierno, y por supuesto la candidatura del Actuario Ernesto Cordero como representante del calderonismo.

El dilema del PAN es lograr la unidad partidista con el mejor candidato posible que  potencie sus atributos personales en campaña, y esperar que la percepción de la economía y el partidismo puedan evolucionar positivamente para sus intereses en los próximos meses.